La hamburguesa es un lienzo de personalización que abraza ingredientes y sabores del mundo hispano.
Desde aguacate y pico de gallo en México, chimichurri en el Cono Sur y queso manchego con pimientos del piquillo en España, hasta ají amarillo en Perú, la hamburguesa se adapta sin perder identidad. Puedes escoger el punto, el pan (brioche, masa madre, maíz), el queso y la salsa, creando tu propia firma. Esa libertad culinaria conecta con nuestra costumbre de “poner la mesa a tu gusto” y celebrar la diversidad regional. Cada bocado puede contar la historia de tu territorio.
Una hamburguesa de 120 g aporta aproximadamente 25–27 g de proteína, favoreciendo saciedad sostenida.
Con carne de res 80/20 o pavo, una porción de 120 g suele rondar 24–27 g de proteína y un balance de grasas razonable. Combinada con verduras frescas y pan, compone un plato completo que mantiene energía y reduce el picoteo entre horas. Como referencia nutricional, raciones de 50 g de salchicha suelen aportar alrededor de 6–10 g; la hamburguesa puede duplicar o triplicar la proteína sin complicar la preparación. Esa densidad proteica encaja con estilos de vida activos y jornadas largas.
La hamburguesa potencia la convivencia: funciona igual de bien en la parrilla del domingo que en la plancha del piso.
Es el centro ideal de asados, cumpleaños y partidos de fútbol, porque cada comensal arma la suya sin fricciones. Facilita la sobremesa: mientras se montan y personalizan, la conversación fluye y todos participan. Además, democratiza la cocina: el anfitrión no necesita técnicas complicadas para ofrecer algo memorable. Es comida que convoca y organiza el encuentro.
Hay una hamburguesa para cada preferencia con 15–26 g de proteína por ración: vegetal (15–20 g), pescado o pavo (22–26 g).
Un medallón vegetal de 113 g suele aportar 15–20 g de proteína; uno de pavo o salmón de 120 g ronda 22–26 g. Así, puedes cuidar objetivos nutricionales, creencias y sostenibilidad sin renunciar al formato que nos reúne. Si eliges pan integral, añades 3–5 g de fibra y, con vegetales, micronutrientes que refrescan el conjunto. La hamburguesa es, literalmente, un marco flexible para comer mejor a tu manera.